Une fuerzas para apoyar proyectos educativos en países empobrecidos
Avanza, extiende la mano y ayuda
Taideka Lagunduz es un grupo de personas unidas por la amistad, que se organiza para gestionar de manera eficiente la solidaridad y apoyar proyectos educativos en países emprobrecidos.
En Anekal-Bangalore, Taldeka Lagunduz colabora con los jesuitas en un proyecto educativo que prioriza a los niños y niñas dalits, los más marginados por el sistema de castas hindú. Aunque la Constitución de India prohíbe la intocabilidad, la discriminación sigue siendo brutal: trabajos forzados, analfabetismo, violencia de género, y exclusión. Taldeka apuesta por la discriminación positiva para proteger a estos menores, seleccionando a los más vulnerables—huérfanos, enfermos, o con discapacidades—como una forma de resistencia activa ante siglos de opresión sistemática.
A través de la educación, la alimentación y el cuidado básico, Taldeka no solo provee ayuda sino también una forma concreta de dignificación. Las voces dalits, cada vez más visibles, luchan por romper un apartheid social que incluso ha llegado a extenderse a las comunidades hindúes del Reino Unido. La organización, desde el País Vasco, se posiciona con firmeza como un referente en la cooperación internacional por los derechos humanos de los dalits, buscando revertir una historia de tristeza y desigualdad con herramientas concretas de empoderamiento.
Rabindranath Tagore, célebre poeta y Nobel de Literatura, fue también un visionario pedagógico que en 1901 fundó la escuela Santiniketon, un espacio inspirado en la armonía entre naturaleza, arte y educación. Frente a un sistema colonial rígido y mecánico, creó un entorno donde el aprendizaje se viviera con libertad, belleza y profundidad emocional. Su escuela rechazaba el castigo y la repetición, y ponía en el centro a la persona, la expresión artística y el contacto con la naturaleza. “No se puede enseñar más que lo que se ama”, decía, resumiendo su filosofía.
A pesar de ser una figura reconocida globalmente por su literatura, su rol como educador ha quedado opacado fuera de India. Tagore anticipó conceptos actuales como la educación ambiental, la inclusión, la espiritualidad laica y la integración cultural. Su escuela, que luego derivó en la universidad Visva-Bharati, sigue siendo modelo de una pedagogía humanista que une Oriente y Occidente, ciencia y arte, razón y sensibilidad.
La lectura de Intocables, autobiografía del economista Narendra Yadhav, revela la lucha de una familia dalit por alcanzar dignidad en una sociedad que los ha condenado históricamente al silencio y la humillación. El relato, atravesado por las enseñanzas del líder Babasaheb Ambedkar, muestra cómo los dalits comenzaron a hablar, denunciar, y organizarse a partir de la década de 1920, enfrentando una estructura de castas que, aunque abolida legalmente, sigue operando social y culturalmente.
En este testimonio, el dolor y la injusticia se entrelazan con el humor, la poesía y una esperanza inquebrantable. La voz de Yadhav es la de millones que se saben capaces de construir otra historia, a pesar de siglos de exclusión. El libro se convierte así en un mapa de liberación y conciencia, donde la palabra —por tanto tiempo negada— se convierte en herramienta de transformación.
El sistema de castas en India es un entramado contradictorio donde la opresión histórica de los dalits convive con relatos de superación. A pesar de haber sido excluidos durante siglos, algunos dalits hoy acceden a la educación, la política o el éxito económico, aunque estos logros no borran las violencias cotidianas: desde linchamientos por usar un camino prohibido hasta la negación de vivienda por “ser de abajo”. En las zonas rurales, la estructura sigue tan rígida como antes, y en las ciudades, aunque algo más laxo, el sistema aún moldea vínculos, oportunidades y relaciones.
La movilidad social es posible, pero parcial y frágil. La presión de grupos extremistas, las tradiciones matrimoniales, y la exclusión estructural persisten. Convertirse al budismo, cristianismo o islam ha sido una vía simbólica de liberación, aunque no garantiza igualdad plena. La figura del dalit se ha resignificado: de “intocable” a sujeto político. Pero la discriminación no ha terminado; solo se ha vuelto más sutil y, en algunos casos, institucionalizada. La lucha sigue siendo por respeto, no solo por integración.
La educación en India refleja las tensiones entre una nación con aspiraciones globales y una realidad marcada por desigualdades profundas. Aunque la Constitución establece la educación gratuita como un derecho, millones de niños—sobre todo niñas, dalits y miembros de tribus—no acceden a una escolarización digna. Las brechas entre estados, clases sociales, género y zonas rurales o urbanas revelan una estructura aún excluyente. Las políticas de “reservas” o cupos para las castas más desfavorecidas intentan corregir estas asimetrías, pero generan resistencias sociales y no siempre se aplican de forma justa o efectiva.
En respuesta, surgen ONG como SEWA, CRY o Vidya and Child, que aportan soluciones desde lo comunitario. Su trabajo apunta a lo esencial: no basta con acceder a la escuela, hace falta una educación de calidad, crítica y sensible a las realidades culturales. Se destaca el programa de almuerzos escolares como herramienta concreta contra la deserción. Sin embargo, como señala la autora, el verdadero cambio exige un replanteamiento del sistema educativo que deje de formar solo a los “primeros alumnos” y abrace a los últimos, los más olvidados. Porque solo así la educación será realmente inclusiva y transformadora.
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Financiación propia
Residencias (HOSTEL) para 120 niños de varias aldeas en Anekal la India (mantenidas al 50% entre Taldeka y el CIRW de Anekal)
Financiación externa
Proyecto de Salud Básico en Anekal y sus aldeas (Bembala- El Apoyo)
Proyecto de Salud Básico en Anekal y sus aldeas.
Proyecto de Escuelas nocturnas en las aldeas de Anekal
Taideka Lagunduz es un grupo de personas unidas por la amistad, que se organiza para gestionar de manera eficiente la solidaridad y apoyar proyectos educativos en países emprobrecidos.
Estrada Goñi, nº.16, piso bajo, Getxo, 28993
taldeka@taldeka.org
+34 655 742 649
Taideka Lagunduz es un grupo de personas unidas por la amistad, que se organiza para gestionar de manera eficiente la solidaridad y apoyar proyectos educativos en países emprobrecidos.
Cuenta Bancaria:
ES38 2095 0310 50 9106696594
Número:
08706